Existen dos términos en diseño gráfico que es fundamental conocer, “las marcas de corte” y “el sangrado”.
Marcas de corte
Cuando mandamos a imprenta un diseño, este será impreso en un pliego de papel de mayores dimensiones que el propio diseño, por lo que una vez impreso deberá ser recortado. Para que en imprenta sepan cómo recortar el pliego, se deben de colocar unas marcas por fuera del diseño que les indicarán por donde guillotinar, a estas marcas se les denomina “marcas de corte” o “marcas de recorte”.
Los diferentes programas de edición y maquetación nos permiten crear marcas de recorte de forma automática.
Sangrado o demasía
Cuando se guillotina un impreso, es muy difícil evitar que existan pequeñas desviaciones. Estos mínimos desplazamientos a la hora de cortar el papel no son importantes excepto cuando el diseño tiene elementos que van hasta los bordes del papel. En estos casos podemos encontrarnos con efectos no deseados, como que nos aparezcan bordes blancos donde debería haber color o imagen.
Para evitar este tipo de problema utilizaremos el sangrado (también llamado sangre, o demasía en algunos países como Argentina), esta técnica consiste en llevar el elemento que queremos que llegue hasta el borde, más allá de las marcas de corte, de tal manera que a pesar de los posibles desajustes que surjan al cortar el impreso, nos estaremos asegurando de que la zona impresa llegue hasta los límites del papel.
Respecto al tamaño del sangrado, no existe una medida fija, pero se suele recomendar que sea de al menos 3 mm. En programas de edición como Illustrator tenemos la opción de configurar la cantidad de sangrado que queremos (en ajustar documento) y así visualizar el área hasta donde deberán ir los elementos que queremos queden al corte.
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